Era fines de la década del 80, cuando me encuentro en una sala de hospital, despertando del efecto de la anestesia por una operación ambulatoria. Entre el sopor del momento en que no entendía nada, veo que sobre mi, se encontraba algo que no lograba entender de qué se trataba. Con algo de ayuda, levanto la mirada, enfoco y logro sostener un cartón que en su interior tenía una figura de gijoe que esperé por mucho tiempo y que me había sido imposible de encontrar.
En un primer momento no sabía si estaba soñando o era realidad… pero con el paso de los minutos ya estaba seguro de lo que se vivía en esa pieza de hospital. Recuerdo que esa tremenda sorpresa, hiso que se me pasara más rápido el efecto de la anestesia, con lo que eso significa también, vomitos, dolor, mareos, etc.
Ya han pasado casi 30 años de dicho acontecimiento, pero hay momento que se marcan para siempre en la vida de cada uno, recordando detalles, sensaciones y sentimientos que son únicos y atesorados para siempre.